Cuando conocí a Lourdes y a Paco, con su forma tan personal y encantadora de ver la vida, sabía que el día de su boda no iba a ser menos. Convertir una finca familiar en un lugar único e irrepetible no es algo que suceda muy a menudo. ¿Cuanto cariño e ilusión puede una pareja poner en un evento así? Creo que ellos son una buena medida. Y sus invitados lo captaron desde el principio así de bien. Hacer un vídeo de boda en Jaén en un contexto tan creativo y diferenciado, para mí, es mucho más que un trabajo.